¡¡!! ¡Atención! Los precios aumentan un 20% los fines de semana (sábado y domingo).
Le ofrecemos una barcaza que data de 1950, convertida en bodega/bar en 2019. Dispone de varios espacios adaptables a un máximo de necesidades: una acogedora sala interior climatizada con vistas al agua; una terraza cubierta al aire libre para aprovechar el buen tiempo; una terraza cubierta para resguardarse de la lluvia y el viento. Embarcar ya es desconectar... :) Las 170 (o más...) referencias de vino satisfarán a los entendidos más exigentes. La cocina profesional y el bar son perfectos para el entretenimiento y ofrecen una gama máxima de servicios de calidad. La sala cuenta con un sistema de sonido y un pequeño escenario para una amplia gama de eventos (conferencias, seminarios, reuniones, presentaciones, conciertos, etc.). Un proyector de vídeo de alto rendimiento y una pantalla completan las instalaciones de la sala. Un día a orillas del agua, una comida gourmet, una cata de vinos con nuestro enólogo... ¿Qué mejor manera de reunir a sus empleados, clientes y colegas? :)
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Política de cancelación
Reembolso del 100% hasta 1 día antes del ride
Fianza
5·9 comentarios
Charles fue de gran ayuda en la organización de nuestro evento. La barcaza era un lugar muy agradable y original para reunirse con los equipos.
Super
¡Ubicación perfecta!
Todo nuestro personal fue unánime: la barcaza era estupenda, y el tiempo aún mejor (no era una conclusión previsible), ¡así que pudieron pasarlo en grande al aire libre!
Un lugar inusual y muy agradable, sobre todo cuando sale el sol y se puede comer en la terraza. Gracias a Charles, que fue muy servicial.
¡Super day out! Acogida impecable, lugar estupendo, nada de lo que quejarse, ¡a por ello!
Gran espacio de trabajo y un Charles realmente agradable :)
Gracias a Charles por su buen humor y por este encuentro en un lugar tan atípico.
Un espacio estupendo con un anfitrión educado y acogedor. Por otro lado, no estoy satisfecho con los servicios auxiliares de catering. Nos sirvieron dos comidas menos de las pedidas y un café que era más bien agua a pesar de su precio desorbitado. Debo señalar, sin embargo, que esto no tiene nada que ver con el anfitrión de la barcaza, que era de primera categoría.